¿Cuánta agua consumimos en una taza de café? A primera vista, bastan 200 ml. Eso si contabilizamos solamente el líquido que vertimos en la taza. ¿Pero cuánta agua se necesitó para producir ese café? La organización WaterFootprint estima que… ¡nada menos que 140 litros de agua, sólo para saborear esa taza!
En la vida diaria, hay una serie de alimentos que para su producción han requerido mucha más agua. A modo de ejemplo:
Esto es lo que llamamos la huella hídrica, una estimación del agua que usamos directa o indirectamente a través de los bienes y servicios que consumimos, considerando el agua de lluvia (huella de agua verde) y las aguas subterráneas y de superficie (huella de agua azul) y los volúmenes de agua contaminada (huella de agua gris).
Se piensa que visualizar el uso del agua oculta detrás de los productos y servicios puede ayudar a comprender el carácter global de agua dulce y a cuantificar los efectos del consumo y del comercio en los recursos hídricos usar. Este mayor conocimiento puede servir de base para una mejor gestión de los recursos de agua dulce del planeta y para informar las políticas nacionales sobre este recurso.
A nivel personal, puede servir para tomar opciones respecto de los productos que consumimos y los estilos de vida que llevamos, según lo cual podemos tener mayor o menor impacto en la huella hídrica.
La huella de agua ayuda a mostrar el vínculo que existe entre nuestro consumo diario de mercancías y los problemas del agotamiento del agua y la contaminación que existen en otros lugares, en las regiones donde se producen nuestros bienes.
La huella hídrica se puede medir y evaluar en distintas dimensiones:
La huella del agua de una nación se calcula en base a la producción y el consumo producción y consumo. Esto contempla también los flujos internacionales de agua virtual, que se estiman sobre la base de comercio de productos agrícolas e industriales.
En 2011 un estudio cuantificó y mapeó la huella de agua de la humanidad (Arjen Y. Hoekstra and Mesfin M. Mekonnen. The water footprint of humanity), revelando, entre otras cosas, que:
La organización Water Footprint, líder en este tema, indica que muchos países han externalizado significativamente su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su producción. Esto está hoy en el centro de la discusión sobre el agua en el mundo, pues significa que el agua deja de ser un asunto local para ser un asunto global.
El siguiente mapa muestra la huella hídrica promedio del consumo nacional en m3 por año per cápita en el período 1996-2005. Los países que se muestran en verde tienen una huella hídrica menor que el promedio mundial (1.385 m3/año/percapita) los países que se muestran en amarillo-rojo tienen una huella hídrica mayor que el promedio mundial. Fuente: Mekonnen y Hoekstra (2011).
Paso 1: TOMA CONCIENCIA DE TU HUELLA. El cálculo de la huella hídrica individual para un ciudadano de un país particular se realiza en base al consumo de alimentos (carnes, cereales, lácteos, huevos, grasas, azúcar, vegetales y frutas, tubérculos, café, té), uso doméstico del agua (duchas, lavado de dientes, descargas del estanque del baño, lavado de platos y de ropa, riego, lavado de auto, uso de piscina, empleo de sustancias contaminantes de las aguas) e ingreso per cápita promedio que permite estimar el consumo de bienes industriales.
Water Footprint desarrolló una calculadora para medir la huella hídrica individual.
http://www.waterfootprint.org/?page=cal/WaterFootprintCalculator#result
Visitar EnlacePASO 2: TOMA ACCIONES CONCRETAS. Warerfootprint sugiere:
Para reducir la huella hídrica directa (uso doméstico del agua): instalar inodoros con ahorradores de agua, aplicando dispositivos para ahorrar agua en la ducha baños y cocina, cerrar la llave de agua durante el cepillado de dientes, usar menos agua en el jardín y no echando medicinas, pinturas y otros contaminantes al desagüe.
Para reducir la huella hídrica indirecta de un consumidor, que generalmente es mucho mayor que la directa, hay dos opciones: