La eficiencia energética es una de las apuestas para reducir los impactos asociados al desarrollo energético, respondiendo al mismo tiempo a los requerimientos de energía por parte de la población y los sectores productivos.
El manejo sustentable de los recursos energéticos requiere conciliar la creciente demanda y consumo de energía, con una protección efectiva del medio ambiente presente y futuro, sin frenar la aspiración de alcanzar mejores niveles en la calidad de vida y un mayor progreso. Para lograr estas metas se plantea el uso eficiente de la energía en todos los actores del mercado energético: productores, consumidores y reguladores.
Usar eficientemente la energía significa no emplearla en actividades innecesarias y conseguir realizar nuestras actividades con el mínimo de consumo posible.
El uso eficiente de la energía ayuda a proteger los recursos naturales, disminuyendo además el impacto ambiental.
El uso eficiente de la energía es una de las principales estrategias para mejorar la competitividad de la economía y reducir a lo estrictamente necesario las expansiones que naturalmente requiera el sistema energético nacional.
Es también una medida concreta no sólo para la conservación de los recursos energéticos fósiles, sino también para abatir los impactos ambientales derivados de la producción y consumo de energía, como la contaminación del aire y el cambio climático, entre otros.
Hacer un uso eficiente de la energía es posible en todos los ámbitos y sectores de la economía.
No solo es necesario contar con tecnologías eficientes, sino también ser consumidores responsables.
Desarrollar tecnologías y sistemas de vida y de trabajo que ahorren energía es lo más importante para lograr un desarrollo sostenible.
Aunque el uso eficiente de la energía debiera ser un asunto prioritario para todos los sectores productivos, el foco está en el sector industrial, el cual tiene la más alta demanda de energía primaria y, de este modo, el más alto potencial para el ahorro y conservación energética a través de medidas económicas y técnicas. Aunque estas medidas quizás requieran inversiones iniciales, los retornos pueden obtenerse en el corto plazo debido a la reducción en la demanda de energía.
Al incorporar el tema de eficiencia energética en su gestión, las industrias pueden:
Producir el mismo nivel y tipo de productos a menor costo, con menor consumo de energía.
Contar con indicadores de desempeño energético en el proceso de toma de decisiones.
Conocer aspectos de la cultura de la empresa que permitan identificar las variaciones en los patrones de comportamiento organizacional y los niveles de estabilidad del comportamiento grupal, a fin de incorporar el factor energía.
Asumir externalidades asociadas al uso de combustibles y electricidad: si las empresas reducen sus consumos de energía, disminuyen sus pérdidas de energía o utilizan energías renovables en sus procesos productivos, caminan hacia una producción sustentable.
Beneficios de la eficiencia energética
Económicos: al usar mejor la energía, podemos reducir los costos asociados al consumo energético en el hogar, industria o administración pública, lo que se traduce en ahorros monetarios en el presupuesto. El dinero ahorrado en energía puede ser destinado a gastos más importantes o a cubrir otras necesidades.
Ambientales: al reducir la demanda por recursos energéticos se alivian las presiones sobre los recursos naturales. Esto incluye la reducción de impactos a nivel local (contaminación intradomiciliaria o contaminación del medio local: ríos, suelos, etc.) como a nivel global, como es el caso de las emisiones de CO2 y otros gases invernadero que contribuyen al calentamiento global.
Sociales: al ser más eficientes y gastar menos dinero en el consumo de energía y tener un ambiente al interior del hogar sin pérdidas de calor, aumenta la calidad de vida del grupo familiar. Una reducción del gasto en energía tiene mayores beneficios en las familias de más bajos ingresos, porque ellas destinan un porcentaje mayor de su ingreso a la energía (calefacción principalmente) que las familias de estratos económicos más altos. En el caso de la administración pública, el ahorro por concepto de energía se puede convertir en recursos para programas sociales que de otra forma no podías ser cubiertos.
Además de esto, a nivel estratégico, disminuir como país la dependencia de fuentes energéticas externas permite reducir la vulnerabilidad de la economía y de los hogares frente a los cambios en los mercados energéticos externos.
La Agencia Chilena de eficiencia energética cuenta con un área educativa con diversos recursos para profundizar sobre leste tema