Además de la extracción indiscriminada de agua desde los acuíferos, ríos y lagos, y de las modificaciones a la superficie terrestre -como la urbanización- que impiden la recarga de agua de fuentes naturales, un hecho que puede agravar la ya escasa disponibilidad de agua dulce es la contaminación a causa de actividades humanas, la que también afecta a océanos, mares y costas.
La legislación chilena define contaminación de las aguas de la siguiente forma:
«Contaminación de las aguas: la introducción en las aguas sometidas a la jurisdicción nacional, por el hombre, directa o indirectamente, de materia, energía o sustancias de cualquier especie, que produzcan o puedan producir efectos nocivos o peligrosos, tales como la destrucción o daños a los recursos vivos, al litoral de la República, a la vida marina, a los recursos hidrobiológicos; peligro para la salud humana; obstaculización de las actividades acuáticas, incluida la pesca y otros usos legítimos de las aguas; deterioro de la calidad del agua para su utilización y menoscabo de los lugares de esparcimiento y del medio ambiente marino».
(Decreto 1/1992. Ministerio de Defensa Nacional.
Reglamento para el control de contaminación acuática.)
Hay que tener presente también la distinción entre una contaminación artificial del agua, producida por las actividades humanas, y la contaminación natural, que es aquella provocada por algunos fenómenos naturales como las corrientes marinas (Corriente del Niño), las mareas rojas o los aluviones.
Fuentes de contaminación de las aguas
La contaminación del agua es un problema complejo, ya que existen muchas clases y orígenes. Entre ellos destacan:
Contaminación por aguas servidas domésticas: la mayor parte de esta agua proviene de la población que vive en los centros urbanos y que vierte sus desechos a los cursos de agua superficiales, con consecuencias para la salud humana y ambiental.
Contaminación por desechos sólidos: la acumulación de basura en vertederos y lugares no autorizados contamina las aguas subterráneas.
Contaminación por residuos industriales: actividades industriales como la explotación minera, forestal y la agricultura arrojan residuos industriales líquidos (riles) tales como metales pesados (zinc, plomo, cadmio, cromo, mercurio, cobre) y productos químicos tóxicos a las redes de alcantarillado, al suelo o directamente a los cursos de agua. También algunos compuestos orgánicos sintéticos producidos en procesos industriales (pulpa y papel, químicos, relaves mineros, petroquímicos, refinería, metalurgia, alimentos, textiles) van a parar a ríos o al mar.
Contaminación difusa de aguas subterráneas: filtraciones en las capas de la tierra que absorben la lluvia con sedimentos, sales, fertilizantes y pesticidas, y las aguas servidas utilizadas para riego (fuente no puntual), provenientes de las actividades agrícola, forestal, acuícola o minera.
Contaminación por gases: el viento transporta los contaminantes emitidos por las plantas industriales y la combustión de los motores, como el CO2, contaminando la lluvia (lluvia ácida) y la nieve a través de la atmósfera, así como lagos, ríos y océanos.
Contaminación por efectos de la erosión y la deforestación: cuando ambas se producen, disminuye la infiltración y la recarga de las capas freáticas (aguas subterráneas); la lluvia escurre arrastrando sedimentos y otros contaminantes de las superficies erosionadas hacia los cursos de agua superficiales.
Contaminación por petróleo y otras sustancias tóxicas: derrames accidentales en la costa o en medio del océano. Dañan las playas, matan especies y provocan efectos duraderos en organismos marinos al producir alta concentración de contaminantes. También los desperdicios plásticos contaminan el mar: al flotar se desplazan a grandes distancias, contaminando las playas y matando especies marinas.
Cuando todas estas clases de contaminación se intensifican, el agua no tiene tiempo suficiente para autodepurarse por vías naturales y requiere de tratamientos especiales que la limpien. Si esto no ocurre, se mantiene contaminada por más y más tiempo, amenazando la disponibilidad de agua limpia para el hombre y afectando los sistemas biológicos naturales de peces y otras formas de vida hidrobiológica.