Por Natalia Gutiérrez-Pinto. En Colombia hay una población de hipopótamos que suele causar controversia cada vez que llega a las noticias. Hay quienes aseguran que es necesario y urgente controlar drásticamente la población, pero muchos también abogan por la conservación de estos animales. Pero, ¿quién tiene la razón? El tema es bastante complejo.
En Colombia hay una población de hipopótamos que suele causar controversia cada vez que llega a las noticias. Hay quienes aseguran que es necesario y urgente controlar drásticamente la población, pero muchos también abogan por la conservación de estos animales. Pero, ¿quién tiene la razón? El tema es bastante complejo.
De acuerdo a un artículo reciente publicado en la revista científica Oryx, lo cierto es que sabemos muy poco sobre las condiciones particulares de estos grandes herbívoros en el río Magdalena. En este trabajo, que contó con la participación de varios científicos criollos de la Universidad de Antioquia, se recopiló la poca información existente sobre los hipopótamos colombianos y se discutieron sus posibles impactos a largo plazo. ¡Aquí te contamos!
Los hipopótamos
Empecemos por lo básico. Los hipopótamos son mamíferos herbívoros cuyo tamaño ronda entre 1500 kg para los machos y 1300 kg para las hembras (un Ford Fiesta pesa alrededor de 1000 kg). Su hábitat nativo son ríos y lagos poco profundos en el centro y sur de África, que es de donde vienen la mayoría de los datos disponibles para esta especie. En África, las hembras pueden empezar a reproducirse a los 3 años de edad, y pueden dar a luz a una cría cada 2 a 3 años, lo que significa que una hembra puede tener hasta 15 crías durante toda su vida.
Los hipopótamos pueden llegar a vivir hasta 50 años y los adultos tienen pocos enemigos naturales, siendo cazados por humanos y ocasionalmente atacados por manadas de leones. Las crías son más vulnerables que los adultos y se sabe que pueden ser atacadas por cocodrilos y leones, aunque su mortalidad es muy baja. Con tan pocos enemigos naturales, el crecimiento de estas poblaciones sólo se detiene cuando hay muchos individuos en la población y hay intensa competencia por los recursos alimenticios y de espacio. De hecho, la mayor causa de la disminución de las poblaciones de hipopótamos en África es la pérdida de su hábitat.
Efectos en su hábitat
Muchos ecólogos consideran que los hipopótamos son ingenieros del ecosistema, lo que quiere decir que son capaces de alterar el ambiente en el que viven de manera significativa, creando, modificando, o destruyendo hábitat que es importante para otras especies en el área.
Debido a sus hábitos semi-acuáticos – los hipopótamos descansan durante el día en cuerpos de agua, y se aventuran a zonas terrestres cercanas en la noche para alimentarse –, tienen la capacidad de mover grandes cantidades de materia orgánica hacia el agua. En bajas cantidades, ese movimiento de materia orgánica puede ser beneficioso y estimular la productividad del ecosistema. Sin embargo, altas cantidades pueden contaminar los cuerpos de agua y modificar significativamente lugares importantes para la sobrevivencia de especies nativas.
Por si fuera poco, además de la potencial contaminación de los cuerpos de agua, los hipopótamos también modifican físicamente el ambiente en el que viven, abriendo canales que pueden alterar las conexiones entre cuerpos de agua y hacerlos más similares entre sí. Esto también puede afectar directamente a especies nativas que están adaptadas a las condiciones particulares en una cuenca hidrológica.
Al mismo tiempo, los hábitats terrestres también pueden ser alterados drásticamente en la presencia de hipopótamos. Durante sus ratos de alimentación pueden comer vorazmente las plantas entre 1 a 2 km de distancia alrededor de los hábitats acuáticos (aunque pueden ser hasta 10 km), lo que crea extensas praderas en las que sólo unas pocas especies de plantas son capaces de sobrevivir. Incluso es posible que destruyan cultivos cercanos en épocas de sequía.