Los impactos del cambio climático recaerán de forma desproporcionada en los países en desarrollo y las poblaciones más desfavorecidas de todos los países, aumentando aún más las desigualdades en materia de salud y acceso a alimentos adecuados, agua limpia y otros recursos.
La agencia de ayuda Christian Aid, dedicada a ayudar a los más pobres del mundo, siguiendo las estimaciones de diversos grupos científicos, pronostica lo que el Cambio Climático conllevará en términos sociales para los más vulnerables. Entre lo que se espera está la aparición de 150 millones de refugiados medioambientales, restringido acceso a agua calculado para entre 1 y 3 billones de personas y 30 millones de habitantes hambrientos.
Los pronósticos del IPCC sobre la salud y el cambio climático
Según el último informe del IPCC, el cambio climático está afectando la temporalidad de algunas especies alérgicas y la distribución de algunos vectores de enfermedades. Pero también está jugando un importante papel en los patrones temporales de enfermedades como la malaria y el dengue, mientras que el aumento de inundaciones, sequías y olas de extremo calor y de extremo frío pueden provocar severos efectos de larga duración.
Algunas proyecciones:
Malaria: se estima que en África el cambio climático producirá una expansión de los territorios idóneos para esta enfermedad, y que, probablemente, en algunas regiones se alargará la estación de transmisión. En Asia central se espera que aumente el riego de contraerla y en Centroamérica, en cambio, que disminuya debido al aumento en las precipitaciones.
Dengue: se espera que el vector que la transmite se expanda hacia sectores de Australia y Nueva Zelanda.
Olas de calor y frío: se espera que las muertes por causa de las olas de calor aumenten, especialmente por el envejecimiento de la población en la Tierra y debido a que las personas de edad presentan menor resistencia al calor y menor adaptabilidad y termorregulación que los grupos más jóvenes. Sin embargo en países como Inglaterra se espera que las muertes por fríos extremos superen las producidas por el calor.
Calidad del aire: manteniéndose las emisiones de CO2, sus efectos dependerán de las condiciones meteorológicas y de los cambios en la circulación de los vientos, pero un estudio británico asevera que el cambio climático conllevará una disminución en los días del año con alta concentración de contaminantes aéreos.
Los vientos, tormentas e inundaciones: estos han demostrado ser de gran potencial destructivo en el sudeste Asiático y en Latinoamérica, así como en todos los países en donde se cuente con precarias infraestructuras sanitarias e higiénicas y que fomentan la difusión de epidemias de cólera, de enfermedades diarreicas, y de fiebre tifoidea. Lo mismo ocurre con las proyecciones de sequía y nutrición, pero en este caso los efectos son a más largo plazo puesto que una malnutrición prolongada debilita a la población y la perjudica en su capacidad productiva futura (Sachs).
Acceso a agua potable. Cuando el agua escasea, los riesgos son de deshidratación y de escasez para la agricultura, pero cuando ella abunda es cuando se produce una mayor transmisión de enfermedades y existen mayores riegos de muerte.
Enfermedades ocupacionales: se proyecta stress por calor y humedad en los espacios laborales y riesgos en la capacidad de adaptación a estos fenómenos.
Exposición a las radiaciones UV: puede llevar a evitar la exposición al sol, la cual es necesaria para la producción de vitamina D en el cuerpo, cuya deficiencia puede causar severas enfermedades.
Fuente: Jeffrey Sachs, The End of Poverty: Economic Possibilities for Our Time, Nueva York, Penguin Press, 2005.