En agosto de 2013 se inauguró en el municipio de Vitacura, en Santiago de Chile, el primer punto limpio que recibirá baterías fuera de uso. Está ubicado en Tabancura 1375.
El punto limpio que recibe las baterías para su posterior reciclaje contempla una estructura sólida que permite el adecuado aislamiento de estos residuos. Cuenta con un sistema de antiderrame de ácidos, extracción de gases y planes de emergencia ante cualquier eventualidad.
Fuentes del Ministerio del Medio Ambiente señalan que cada año en Chile dejan de utilizarse más de 36 mil toneladas de baterías, de las cuales 25 mil provienen de automóviles.
De este total, el 80% tiene un destino final conocido, pero el 20% restante es almacenado en hogares, o acopiado por transportistas y descartadas al ambiente, lo cual representa un riesgo para la salud de la población.
Las baterías están compuestas en casi un 90% de plomo y ácido sulfúrico, lo que hace que en estado de almacenamiento emita gases que causan toxicidad, inflamabilidad, reactividad y/o corrosividad.
El tratamiento no adecuado de este residuo puede provocar en las personas intensos dolores de cabeza, comportamientos agresivos y alteraciones del sueño. Además, la intoxicación por plomo puede ocasionar dolores abdominales, pérdida del apetito, anemia y estreñimiento. En el caso de los niños, los problemas podrían ser aún mayores afectando su sistema nervioso y neuronal.