UN MUNDO MEJOR QUE AQUEL QUE NOSOTROS ENCONTRAMOS En memoria de Exequiel Estay a un mes de su partida compartimos este artículo de Nico Cacchi Herrera·domingo, 26 de enero de 2020.
En memoria de Exequiel Estay a un mes de su partida compartimos este artículo de Nico Cacchi Herrera·domingo, 26 de enero de 2020.
Me gustaría ser del todo optimista el día de hoy, y celebrar los avances que se vienen dando en materia de educación ambiental en todos los niveles de organización social, pública y privada: local, nacional e internacional. Pero la verdad es que no ha sido ni es suficiente. Y eso, traducido, significa que cada vez nos acercamos más al destino que como especie hemos decidido forjarnos: la extinción.
A partir del momento en que los seres humanos decidimos romper con el vínculo armonioso y equilibrado con la naturaleza y los recursos naturales, heredados de nuestros pueblos indígenas, cambiamos para siempre el rumbo de la historia de nuestro planeta; y la nuestra propia. Porque desde ese momento empezó a ser más importante cuánto y cómo aprovechar y producir, y no el por qué. A partir de ese instante en que las leyes del mercado, el consumismo, y el capitalismo deshumanizado se apoderaron de nosotros, empezamos a construir un camino que tal vez no tenga retorno y que nos va a conducir inexorablemente al fin de un mundo donde la vida sea posible.
Hemos modificado las condiciones naturales de nuestro planeta, con el pretexto de “vivir mejor”. Alteramos los ecosistemas, afectando gravemente la biodiversidad. Organizamos a nuestro antojo las ciudades y los canales de comunicación, marítima, terrestre, aérea, generando consecuentemente efectos negativos sobre el ambiente en general, y sobre otras especies de la flora y fauna en particular, sin que esto en verdad nos preocupe.
En verdad, pareciera ser que no nos importa ni individual ni colectivamente lo que estamos haciendo. Ni aun a pesar de haber visto cuáles son los efectos concretos y palpables de esta situación. La tierra, nuestra Pacha, que es sabia y tiene como misión lograr el equilibrio, sanar y restituir cuando haga falta, nos viene advirtiendo hace décadas sobre lo que está pasando. Aunque haya líderes del mundo, referentes y decisores, que lo quieran negar.
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